En el año 2015, Agustina Olivera y su socio Nicolás comenzaron a trabajar en la idea de crear Cerveza Oceánica y, un año más tarde, empezar con su comercialización. “Queríamos hacer cervezas orgánicas y ecológicas, y tuvimos todo un año para comprar los equipos, conseguir los proveedores con materias primas agroecológicas, los certificados, etc.”, recuerda su fundadora.
Comenzaron produciendo 400 litros por mes. Sin embargo hoy, la cervecería artesanal está en vías de crecer. “Estamos en un proceso que va implicar una mudanza bastante grande; nunca se sabe cuándo se cumplen las fechas, pero la idea es lograrlo antes del verano”, cuenta.
Cerveza Oceánica es la única cervecería artesanal que crece su propia levadura en Uruguay. Esto les permite tener un producto orgánico, con variedad de cepas, que los ayuda a tener un diferencial en cuanto al aroma y al sabor de la cerveza. Además importan cebada orgánica de Inglaterra y también trabajan con los productores de la red de agroecología de Uruguay (mayoritariamente de Soriano) a los que les compran el trigo.
Si bien la mayor parte la fraccionan en barriles, no descartan la idea de comenzar a envasar en botellas y comercializar esos productos en cadenas de supermercados. “La idea cuando nos mudemos es tener una envasadora para poder empezar a trabajar con envases pequeños y no sólo vender barriles; el envasado es un punto crítico en inversión”, explica.
Actualmente, Cerveza Oceánica vende en restaurantes y bares de Montevideo, Maldonado y Costa de Oro. “Todo lo que generamos lo reinvertimos en la cervecería; además hemos tenido algunos préstamos del BROU y también ganamos el proyecto de Biovalor del Ministerio de Industria y la Agencia Nacional de Desarrollo, y parte de ese capital lo vamos a invertir en prácticas de valorización de residuos y valorización de efluentes”, concluye.