Si bien se manifestó una mejora, los empresarios mantuvieron juicios más cautos en relación a la evolución del clima de inversiones y no aguardan una mejora del clima para el próximo año. La proporción de empresarios que califica al actual clima de negocios como “bueno” o “muy bueno” ha mejorado con respecto a los relevamientos de 2015 y 2016, pero tuvo un avance muy modesto en relación a la medición de abril y permanece en niveles bajos desde una perspectiva más larga.
En la misma línea, se destacó que las respuestas respecto al desempeño macroeconómico en el último año han sido mejores que respecto a la situación general de las empresas, donde el saldo neto de respuestas (“mejor” versus “peor”) resultó prácticamente nulo. En particular, los empresarios presentaron juicios incluso más desfavorables que en la edición previa respecto a la evolución de la rentabilidad de sus empresas en el último año, con un 43% de las respuestas indicando un deterioro. Así, la encuesta sugiere que la situación general de las empresas está siguiendo con rezago la recuperación de la actividad económica.
En cambio, sí se profundizó la expectativa de mayor producción en las empresas respecto a lo observado en relevamientos anteriores. Eso es consistente con un panorama de sostenido crecimiento económico en 2018.
Sin perjuicio de esta previsión de mayor actividad, las empresas se mantienen reticentes a aumentar el empleo. En efecto, sólo un 5% indicó estar revisando al alza sus planes de contratación, la mayoría manifestó haber introducido o estar evaluando introducir tecnología ahorradora de mano de obra y el “rediseño de procesos” trepó al tercer lugar entre los desafíos más mencionados por los empresarios.
La gestión del gobierno volvió a ser calificada de forma adversa por los empresarios, con el porcentaje de aprobación manteniéndose en niveles mínimos. Sin embargo, las empresas reconocieron un buen manejo en materia de inflación y de hecho siguieron moderando sus expectativas inflacionarias para los próximos años.