La empresa mandó a seguro de desempleo al 50% de su personal y los que sí quedan trabajando lo hacen bajo estrictos protocolos de desinfección de autos, limpieza extrema y evitando la reunión de personas que entran a los locales.
Lo único que sí recibe muestras de atención y ventas son vehículos utilitarios como vans para mover mercadería o pequeñas camionetas para hacer deliveries o para negocios de e-commerce.
Güelfi advierte con preocupación el cierre en el mundo de las plantas de fabricación de automóviles y adelanta que aún pasada la cuarentena y el tiempo de crisis, estas fábricas no se reinician con facilidad ni rapidez por su complejidad y grandes estructuras. “Pueden llevar unos tres meses en ponerse a andar de nuevo”, dice.