Los primeros repulgues de Don Pedro fueron en 2007, en Ciudad de la Costa, donde está la casa central. Allí se hicieron las primeras empanadas de esta marca que, su mayor característica, es el tamaño: su peso promedio es de 115 gramos. Es decir, como dicen en la empresa, no solo es una empanada, es una Don Pedro, con muchísimo relleno y horneadas al momento.
El éxito del sabor de las empanadas de Don Pedro fue inmediato, pero recién generó una primera franquicia varios años después, en 2018, en Pocitos y luego otra en 2019 en el exterior, en España, más precisamente en Filgueras -Catalunya-, para ahora llegar a la tercera, en el corazón de Malvín, donde próximamente abrirá sus puertas dado que la firma de este acuerdo se dio recién el pasado viernes 7 de agosto por la tarde.
Según Alexei Yaquimenko, director del Estudio SVET, la consultora de franquicias líder en Uruguay y donde se realizó la firma de este acuerdo, “trabajar con una marca de la talla de Don Pedro no solo es un orgullo, es un placer, ya que cumple con nuestra política de trabajo que, principalmente, es que tanto franquiciante como franquiciado se sientan a gusto con la operación y obtengan, obviamente, la mayor rentabilidad”.
En este último sentido, Yaquimenko dijo a InfoNegocios que “Don Pedro brinda al franquiciado una rentabilidad neta entre el 15% y el 18% sobre ventas”, pudiéndose destacar que las empanadas son sin duda el producto más fuerte de la empresa, que le reporta casi un 90% de las ventas, mientras que el 10% restante corresponde a pizzas, minutas o pastas, dependiendo del local.
Andrés Klappenbach, director de Don Pedro, destacó con alegría “la apertura de esta nueva franquicia, porque nos permite acercar nuestros productos a más personas y seguir satisfaciendo a nuestros clientes”, agregando que la idea es seguir expandiendo la marca Don Pedro y abrir, “dentro de Montevideo, en las zonas Prado, Cordón y Unión”.
Cabe destacar que la puesta a punto para cada local, adecuado a la franquicia, tiene una inversión entre US$ 25.000 y US$ 30.000, con asesoramiento en la decoración, mercadería y sistema de facturación, indicó Klappenbach.
En suma, en estos tiempos de sacudones e incertidumbres generadas por el COVID-19, adquirir una franquicia implica emprender en un negocio minimizando riesgos y aumentando las probabilidades de éxito. Como en un buen repulgue, nada se puede escapar y todo se aprovecha.