Con apenas 24 años, Emmanuel Díaz logró traer a Uruguay la representación de la marca británica Walker & Hawkes, especializada en prendas clásicas de estilo inglés y especialmente camperas de lana encerada, ideales para el clima invernal. Para ello creó la empresa Herencia Británica, con la que ya lleva varios meses importando y vendiendo productos con fuerte tradición en el campo inglés.
La idea comenzó en diciembre de 2024, cuando Díaz notó la ausencia de este tipo de camperas en el mercado uruguayo, pese a que en Argentina eran fáciles de conseguir y a precios accesibles y que en Uruguay ya existe una marca con productos similares pero a precios sensiblemente más altos. Convencido de que había una oportunidad, decidió viajar personalmente a Inglaterra en marzo de este año para buscar proveedores. “Lo peor que podía pasar era traerme cuatro o cinco camperas, venderlas y al menos cubrir parte del viaje. Pero tuve la suerte de dar con la fábrica de Walker & Hawkes en West Bromwich, cerca de Birmingham, y ahí empezó todo”, contó.
Tras regresar a Uruguay, constituyó la empresa, gestionó los permisos de importación y en marzo concretó la primera importación: unas 60 prendas entre camperas y chalecos. El artículo más reconocido de la marca es la campera encerada, popular en la campiña inglesa por su resistencia, durabilidad y versatilidad. “Es impermeable, corta el viento y está hecha con tela natural encerada, una técnica que tiene siglos de historia en Reino Unido. Sirve para el campo, pero también queda bien en una reunión”, explicó Díaz.
En Uruguay los precios oscilan entre USD 150 y USD 300, alineados con los valores de la región, especialmente Argentina, y a mitad de precio que su única competencia directa en el mercado local. Las ventas se realizan principalmente a través de Instagram y, en menor medida, vía página web. En Paysandú, Díaz y su pareja armaron un showroom en el living de su casa para que los clientes puedan probarse las prendas. Para quienes compran a distancia, ya tienen un sistema aceitado para recomendar talles —las medidas inglesas suelen ser más grandes que las locales— y realizar cambios en caso de ser necesario.
Actualmente, Herencia Británica ha vendido productos en casi todos los departamentos del país. “Creo que hemos llegado a 19 de los 19 departamentos”, destacó el emprendedor. En pocos meses ya han concretado entre seis y siete importaciones, con pedidos que rondan entre 40 y más de 100 prendas cada vez. Estima que hasta el momento han colocado unas 200 a 250 prendas.
El público objetivo está fuertemente ligado al agro —veterinarios, agrónomos, consignatarios— aunque Díaz asegura que la campera “puede gustarle a cualquiera”. La idea a futuro es mantener el modelo de venta directa al consumidor, sin apostar aún por cadenas de distribución. “Cuando inundás el mercado, el producto pierde valor. Queremos mantenerlo como algo más específico, más premium”, señaló.
Además, la marca británica también ha mostrado interés en expandirse hacia Brasil, lo que abre la puerta a que Herencia Británica pueda convertirse en un puente para la región.