Según los datos de BioCatch, durante el primer semestre de 2024, los fraudes aumentaron un 32% en comparación con el mismo período de 2023. El malware creció un 113%, y el 79% de los ataques se originó a través de dispositivos móviles, destacando que un 30% proviene específicamente de navegadores móviles, algo poco común en otras regiones como Asia o Europa.
Esta tendencia persistió en el segundo semestre de 2024, con un aumento del 17% respecto al año anterior, y en los primeros cuatro meses de 2025 ya se observa un 7% más de casos que en el primer semestre de 2024. Además, el Panorama de Amenazas de Kaspersky reportó un aumento del 140% en estafas mediante mensajes falsos en la región.
El fraude fintech no es homogéneo en toda América Latina, debido a que cada país presenta particularidades. En Argentina predominan las estafas guiadas basadas en ingeniería social y el uso de bases de datos informales. En Uruguay, los ataques más frecuentes son malware móvil y phishing. Colombia enfrenta esquemas piramidales que aprovechan vacíos regulatorios, mientras que México lidia con redes de fraude en anillo y ataques avanzados que incluso incluyen deepfakes.
“El gran desafío es equilibrar una experiencia de usuario ágil y segura frente a ataques cada vez más sofisticados”, comentó Santiago Peralta, CTO de Alprestamo, marketplace financiero argentino presente en seis países de la región.
Expertos destacan que los ataques evolucionan rápidamente. Fabio Assolini, director del Equipo Global de Investigación y Análisis de Kaspersky para Latinoamérica, explica que, pese a un aumento de seis veces en phishing en 2023, los estafadores lograron mantener un crecimiento exponencial en 2024. Peralta agrega que también han detectado un aumento de intentos de fraude guiado, dirigidos específicamente a clientes.
Para las fintech regionales, operar en varios países implica enfrentar patrones de fraude diversos y cambiantes. Adaptarse a esto sin afectar la experiencia del usuario requiere sistemas inteligentes y flexibles.
Frente a esta escalada, las fintech adoptan estrategias de defensa multicapa que combinan prevención, detección y respuesta. Estas incluyen bloqueo de tráfico automatizado, fingerprinting digital y validaciones dinámicas. “Si detectamos comportamientos sospechosos, activamos bloqueos invisibles que evitan que el atacante avance sin afectar al usuario legítimo”, detalló el ejecutivo.
La inteligencia artificial se perfila como la herramienta más prometedora. “La IA nos permite escalar operaciones, anticiparnos a riesgos y mejorar la precisión de las decisiones”, afirmó Peralta. Entre las aplicaciones más avanzadas se incluyen modelos predictivos para scoring, validación de usuarios y seguimiento comercial, así como automatización de atención al cliente y simulaciones financieras con aprendizaje continuo.
En ese aspecto, las plataformas cloud permiten escalar operaciones en distintos países sin comprometer la seguridad. “Elegimos AWS por su escalabilidad, seguridad y presencia regional, lo que nos permite crecer con control y eficiencia”, señaló. Esta infraestructura brinda “elasticidad real”, facilitando el lanzamiento de productos en nuevos mercados y el manejo de picos de demanda.
Las fintech también coordinan acciones legales con fiscalías y abogados para denunciar fraudes, respaldados por evidencia forense. Además, algunas empresas construyen infraestructura propia para procesos críticos, como validaciones y campañas de marketing, mejorando seguridad, costos y control sobre la experiencia del usuario.