Estas mujeres, fueron y serán ejemplo de actitud, compromiso y valor frente a una sociedad que poco ayudaba a hacerles el camino mas llano. Creo que la misma adversidad sirvió de incentivo y empujón, para llegar a los logros que hoy todavía celebramos, puntapié de muchos otros logros que todavía buscamos.
Pero hay algo que quiero destacar, algo igualmente importante, de lo que poco se habla en las notas relacionadas con el tema; detrás de estas mujeres valientes, inteligentes, audaces, inconformistas, deben haber existidos varones que acompañaban desde el anonimato, y a ellos
quiero también honrar en esta nota.
Mi sincero y humilde agradecimiento va hacia esas mujeres líderes que se animaron a ir por un poquito más y a los héroes anónimos que perdieron imagen a su lado, apuntalándolas, ayudándolas por más que haya sido sólo con un consejo o con la pasividad de dejarlas hacer, confiando y dándoles seguridad. Y para aquellas que lo hicieron realmente solas, va mi doble medalla de valor y admiración.
Celebremos juntos entonces este 8 de marzo y los 365 días del año, para seguir sumando, para seguir haciendo cosas en conjunto, para seguir siendo hermosas mujeres respetadas y empujadas por nuestros valiosos varones.