Durante la actividad “Los riesgos en el agro y cómo cubrirlos. Clima, precios y dólar”, organizada por Gletir Corredor de Bolsa, disertaron Federico Morixe, licenciado en Gestión Agropecuaria y Gestor de Riesgo; Santiago Jauregui, economista; y Gonzalo Gutiérrez, ingeniero agrónomo y asesor de seguros.
El panel profundizó en la gestión de riesgos en clima, el mercado y el tipo de cambio. A su vez, dieron sus perspectivas para el sector agropecuario y las posibles estrategias para enfrentar la incertidumbre. Morixe explicó que existen dos herramientas financieras en el sector: los futuros y la opción put. En el caso de los futuros, los productores lo que hacen es vender por adelantado con entrega al comprador con un precio establecido de antemano.
Por su parte, la opción put que es la que usa “el 99% de los clientes”, se le llama seguro de precio, “se paga una prima por un valor que uno puede determinar en la Bolsa de Chicago, se paga ese valor por tonelada y si el precio es menor al que yo elegí, la bolsa me paga la diferencia. Si el precio no baja, perdí la prima que pagué. Ese fue el que utilizó la mayoría. Muchos productores este año lo que hicieron fue crecer más en seguros put y no vender mercadería por adelantado”, expresó Morixe, quien utilizó la soja como ejemplo.
El licenciado en Gestión Agropecuaria y Gestor de Riesgo sostuvo que Brasil y Estados Unidos son los principales productores y dijo que, actualmente, su precio es muy favorable. “Si miramos históricamente -dijo Morixe-, son buenos los costos, están bastante ajustados comparado con años anteriores. Con estos precios van a tratar de sembrar todo lo posible, entonces hay que mirar la tendencia de precio, no quedarse solo con lo que esté pasando ahora en el 2023 sino empezar a mirar el 2024 y hasta el 2025”.
Ya hay gente que está buscando estrategias para el 2025 para asegurarse los precios, explicó el especialista, alertando que “hay líos en todo el mundo y hay incertidumbre por lo que se genera volatilidad y ahí es donde uno tiene que aprovecharlo para capturar los precios a través de la opción put”.
En ese sentido, Morixe ejemplificó que “un productor puede comprar un put por US$ 536 y pagar US$ 10 de prima. Si el precio se va a US$ 600, yo termino vendiendo mi soja, menos la prima y perdí los US$ 10. Si el precio va a menos de US$ 536, que puede pasar en cualquier momento, vendo con esa referencia también pero termino cobrando por mi cuenta la diferencia de precio. Si baja a US$ 400 cobro US$ 136. De esa manera, el agricultor no necesita estar comprometiendo kilos por las dudas de que se vea afectado por un evento climático”.
Por otro lado, Jauregui explicó que Gletir apunta a que sus clientes puedan cubrirse de los riesgos financieros. “Más allá de que el dólar vaya a subir o bajar, lo importante es que gestionemos alternativas para que, si en un nivel de dólar uno se ve cómodo, acceder a un tipo de cobertura para que a partir de ese momento se pueda contrarrestar los efectos negativos de la caída del dólar”, dijo el economista, agregando que “lo que queremos en una forma es que se desvolatilice, que les saque ruido a los resultados financieros de variables que hoy en día uno no puede tocar o no puede afectar”.
Para eso existen dos tipos de coberturas. La cobertura directa, que según Jauregui es “ir y comprar futuro de dólar peso en la Bolsa. Es un mercado que está en pleno desarrollo que con el impulso del gobierno han entrado más actores al mercado a buscar esa cobertura”.
Y la cobertura indirecta que es “invertir en algún activo que se mueva en forma inversa a lo que es la evolución del dólar, de forma de que la ganancia, en caso de que el al bajar el dólar se afecte al negocio, que la inversión en este activo suba y por ende contrarreste los efectos”.
En esa línea, el economista explicó que existe el Bloomberg Commodity Index (BCOM) que lo que hace es aglomerar en tercios todo lo vinculado al petróleo, metales y agro.
“Eso básicamente ha tenido una correlación histórica negativa, es decir, en momentos que el dólar se fortalece, el BCOM cae. Causalmente más que nada son los commodities que anteceden a lo que es la evolución de la divisa y ahí se puede gestionar una inversión en un corto o en un largo plazo en función a la preferencia para amortiguar esos desbalances”, expresó Jauregui, destacando que sucede “lo mismo con monedas de la región que pueden ser mucho más líquidas en caso de que la cobertura tenga que ser realmente grande, como lo que es el real, por ejemplo. El rendimiento del real y el rendimiento del peso tiene un rendimiento muy similar y por ese lado también se puede acceder a herramientas de cobertura”.