En la primera patente se hace mención sobre sensores capaces de detectar gases tóxicos en el aire que podrían ser inhalados por el usuario y causar enfermedades o padecimientos. La segunda es más explícita, y detecta niveles de azúcar en el usuario que usa el producto al "oler" y detectar partículas especiales en el ambiente y en la piel.
Apple no menciona en estas patentes qué productos exactamente usarían los sensores, pero el iPhone y Apple Watch serían los más indicados para eso.