Solo en Uruguay se estima que hay más de 12.000 personas que han utilizado el vapeo -o uso de cigarrillos electrónicos- como mecanismo para dejar de fumar. De hecho, según los datos que la Asociación de Vapeadores del Uruguay (Asovape) divulga, los vaporizadores permiten a las personas dejar de fumar mediante esta opción que, al menos, es un 95% menos dañina para la salud si se compara con los cigarrillos.
Según un informe de Royal College of Physicians de Londres, “la nicotina en sí no es especialmente peligrosa, si la nicotina pudiera proporcionarse en una forma que fuese aceptable y efectiva como sustituto de un cigarrillo, podrían salvarse millones de vidas”.
Por esto, acceder a un dispositivo electrónico con administración de nicotina -un vapeador-, que contenga un nivel suficiente para ofrecer una experiencia placentera al consumidor -similar a la del cigarrillo tradicional, pero sin lo dañino de la combustión y el humo- se posiciona en nuestro país cada vez más como una opción que los fumadores pueden adoptar.
Para Asovape, que busca disminuir el tabaquismo y regular el consumo de vaporizadores electrónicos en Uruguay y cuya creación fue aprobada por el Ministerio de Educación y Cultura hacia mediados de julio de este año, promover a través de la educación las formas de reducción del daño asociado con fumar, así como contribuir activamente con las acciones tendientes a la reducción del tabaquismo, no son “cortinas de humo” para generar distracciones, sino una convicción real de su eficiencia.
¿Es seguro vapear? Según Asovape sí y es mucho menos dañino que fumar. ¿Los cigarrillos electrónicos ayudan a las personas a dejar de fumar? Para esta asociación conformada por exfumadores cada vez hay más estudios que confirman esto. ¿Vapear conduce a los jóvenes a fumar? Según Asovape, actualmente la evidencia no sugiere que esto sea así.
Incluso si hablamos de costos, en el mercado internacional hay unanimidad en que, en términos anuales, vapear es 50% más económico que fumar. Esto, en Uruguay, habrá que analizar más adelante si es así, ya que cuando estos dispositivos se regularicen es esperable que tengan una importante carga impositiva.
En países como Canadá, Nueva Zelanda, el Reino Unido y buena parte de la Comunidad Europea, que cuentan con rigurosas políticas antitabaco y han incorporado a los vaporizadores como una opción en sus programas de salud pública, cuentan en los grandes complejos comerciales y en los edificios de oficinas máquinas expendedoras de vaporizadores.
Según el último informe acerca de la epidemia mundial de tabaquismo elaborado por la Organización Mundial de la Salud en 2021, los vaporizadores fueron establecidos como Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina, dejándolos fuera de la categoría “productos de tabaco”.
“Este es uno de los puntos más importantes”, afirmó Washington Miraballes, presidente de Asovape Uruguay, agregando que “nosotros no fumamos, vapeamos”.
“No hay humo, no hay papel quemado y lo más importante, no hay tabaco”, sostuvo Miraballes, al frente de esta asociación que agrupa a exfumadores y aspira ahora a que el Ministerio de Salud Pública regule los tipos de vaporizadores y líquidos que se deberían comercializar en el país.
Sin duda este es un tema que habrá que seguir de cerca, sin hacerse humo, ya que para que los fumadores puedan dejar de fumar con éxito es necesario que tengan opciones disponibles y puedan elegir el método o la forma que mejor se adapte a ellos, sobre todo si se tiene en cuenta que es un hábito difícil de abandonar.
Disponer de una amplia variedad de ayudas para dejar de fumar es la forma más eficaz de vencer al tabaquismo y en este sentido los dispositivos de vapeo han ganado popularidad de manera exponencial y existen en el mundo, según registros de 2021, 82 millones de vapeadores.