La histórica fábrica de pinturas con sede en Maldonado planea crecer a través de un modelo mixto que integra locales propios y franquicias. Además, avanza en proyectos sostenibles, incluyendo productos circulares y la instalación de paneles solares para abastecer su planta.
En ese contexto, Carlos Sader, director de la empresa, señaló que la estrategia busca llegar a más puntos del país sin comprometer la excelencia que distingue a la marca. “El modelo de franquicias nos parece adecuado porque se basa en un trabajo muy cercano con el franquiciado, para transmitir nuestra cultura y cuidado, que entendemos como nuestro diferencial. Uno de los valores que aportamos a los clientes es el asesoramiento y el seguimiento constante”, puntualizó.
El sistema permitirá ampliar la cobertura geográfica más rápido que con locales propios. “Abrir una sucursal en Salto sería mucho más complejo y nos demandaría mucho tiempo. Nuestra planta está en Maldonado, así que abrir aquí es sencillo, pero al considerar otras zonas, como Colonia o el litoral, la distancia complica el proceso”, agregó.
Sader destacó que un franquiciado representa mejor la marca frente a los clientes que un distribuidor o revendedor que comercializa varias marcas. “Contamos con un abanico de productos que cubre todas las necesidades del hogar y la obra, y un punto de venta abastecido exclusivamente con nuestros productos puede satisfacer completamente la demanda”, aseguró.
A su vez, la compañía trabaja en alianzas estratégicas para garantizar que cada franquicia cuente con todo lo necesario. “Esto incluye pinceles, escaleras y otros elementos complementarios que no producimos. La idea es que el franquiciado pueda concentrarse en el negocio, sabiendo que todo lo demás ya está resuelto”, explicó.
Actualmente, los paquetes de franquicia se están definiendo, buscando que la experiencia acumulada en más de 60 años quede reflejada de forma accesible. “La meta es que un cliente en Tacuarembó o Río Negro se sienta tan bien atendido como en nuestros locales de Maldonado o Montevideo”, expresó.
Ulbrika proyecta abrir el primer local bajo este esquema en 2026, y ya surgieron contactos durante la reciente Feria de la Construcción. “El flujo de gente fue enorme; hubo muchas consultas sobre productos, ventas concretas y oportunidades comerciales. Es la tercera vez que participamos y le sacamos mucho provecho: es un hito anual que consideramos imperdible”, afirmó.
En cuanto al perfil de los potenciales franquiciados, señaló que “puede ser alguien sin experiencia directa en el rubro, pero con capital y en busca de un modelo estable y sólido. Lo más importante es que el acompañamiento sea constante hasta que pueda operar de forma independiente”.
Paralelamente, Ulbrika desarrolla iniciativas de sostenibilidad como parte de su plan de crecimiento. “Tenemos proyectos para lanzar productos con componentes circulares y planeamos inversiones, como una planta solar, para cubrir nuestras necesidades energéticas y certificarnos como carbono neutral. Esto agrega valor al modelo de franquicia y demuestra que somos una marca de pintura nacional, producida en Uruguay, con un enfoque sostenible muy claro”, resaltó.
Por último, Sader afirmó que buscan fortalecer su presencia en todo el país y apoyar a la industria nacional frente a la competencia de productos importados. “Hoy, más del 50% de la pintura que se vende en Uruguay no se fabrica localmente. La cercanía con el cliente mediante franquicias permite demostrar la calidad del producto y generar confianza en la elección, además de contribuir al desarrollo de la industria local”, concluyó.