Esos campos, que pueden ser de entre 45 y 70 hectáreas, son en su mayoría utilizados para la producción agrícola (maíz, trigo, soja, canola ) y dejan de renta un 3% anual, que puede llegar a ser 4% , dependiendo de las características productivas de su tierra.
Así, un campo de US$ 400.000 puede dejar cerca de US$ 1.500 mensuales si “no lo quiere trabajar” y lo arrienda. De esa forma obtiene la residencia fiscal “y una renta que le genera ingresos para los gastos básicos” del campo, explicó Perdomo.