“Es un poco exagerado, pero un museo en el siglo XXI que no tiene un café, no es un museo”. Con esta frase como premisa es que Facundo de Almeida, director de la institución dedicada al arte, encabezó el proyecto del MAPI Café.
Se trata de un espacio rústico pero acogedor, que va muy de la mano con el estilo del museo, y servirá no solo para que la gente pase a sentarse a tomar algo, sino que también estará disponible para exhibiciones, charlas y quizás hasta pequeñas presentaciones de teatro. Precisamente, la idea es que sea un sitio que nutra tanto al museo como a quien gestionará el café, Q’Café —que solía estar en Bulevar Artigas y 21 de Setiembre —: “hay gente que va a venir por el café, por lo que va a ser un atractivo para el museo, y viceversa”, dijo De Almeida.
MAPI Café está apuntado a ser, también, una propuesta que agregue valor a lo que el museo tiene para ofrecer, factor que es vital para que el flujo de público aumente. “Los museos competimos por el tiempo de ocio de la gente. Entonces, si hay otras ofertas que son de mejor calidad, más atractivas, van a ser elegidas. Entonces no podemos quejarnos y decir que la gente no va a los museos si nosotros no ofrecemos las condiciones para que venga”, nos explicó el director del MAPI.
En este mismo sentido es que De Almeida nos adelantó que el próximo paso a dar será la reforma de la tienda y librería de la institución. “La idea es agrandarla y que esté gestionada por La Pasionaria, que tienen mucha experiencia, porque creo que un museo debe tener un gran espacio de tienda”, indicó. El objetivo es que la remodelación esté pronta antes de fin de año.