Los osos de la paz crean movida pocas veces vista en la Plaza Independencia.
Ya cerca de su fin, puede decirse que pocas exposiciones al aire libre causaron tanta sensación en Montevideo como la de los Buddy Bears. Con el incidente de Gardel y el oso argentino y las críticas al oso uruguayo, que pronto fue cambiado por otro de Páez Vilaró, desde su inicio la muestra captó la atención del público de todas las nacionalidades, y la plaza pocas veces estuvo tan concurrida y llena de flashes, a pesar del frío. Luego del repunte de sus ventas gracias a los osos, los comercios cercanos están a la espera de la próxima muestra, sobre todo los quioscos de la plaza, que sacaron buen provecho a tanto niño junto. También resurgieron actividades económicas más informales que hacía tiempo no se veían por allí, como los carritos de maní y pop y algunos puestos de artesanías.