Gabriel Guerra, Gerente de The Grand Hotel Punta del Este, comenta que durante la pandemia de Covid-19 llegaron a tener huéspedes que se alojaron durante un mes o un mes y medio, que podían trabajar en modalidad home office desde cualquier lugar del mundo y que, según comentaban, no tenían estructura para trabajar desde la casa y tampoco querían hacerlo desde un cowork. Por ese motivo montaban su oficina en una habitación del hotel.
En ese marco el hotel les otorgaba una tarifa especial para largas estadías, teniendo en cuenta que no se alojaban allí para hacer uso de instalaciones como el spa o las piscinas, sino para trabajar, comer y descansar. A su vez el hotel ofrecía la posibilidad de adaptar las habitaciones: en lugar de tener una segunda cama se colocaba un escritorio; cambiar el frigobar por estantes o cambios por el estilo. “Adaptamos la habitación a lo que es una especie de oficina”.
Pasó la pandemia pero el negocio, en parte, quedó. Gilberto Echeverry, Gerente General de Hoteles Cottage, comenta que hay varios sectores dentro del sector de la estadía prolongada. “Hay gente que por razones de edad necesita reducir su vivienda y está dispuesta a un lugar que le soluciona un montón de cosas tales como limpieza, seguridad, mantenimiento. El cliente sabe que acuerda una cifra mensual y después no tiene que pagar ni el cable, ni servicio doméstico, internet u otros servicios”.
Por otro lado afirma que “estamos teniendo mucho flujo de técnicos extranjeros que por cierto proyecto tienen que estar acá alojados durante cinco, seis, ocho meses o un año”. Además siguen habiendo situaciones familiares que pueden obligar a algún integrante a buscar alojamiento temporario.
Teniendo en cuenta este nicho de mercado, Hotel Cottage ofrece, desde el año 2015, cinco apartamentos en la zona de Carrasco con posibilidad de ampliar la oferta a cinco o seis apartamentos más. “En un principio no teníamos tanta demanda, quizá porque no se conocía mucho el producto, pero creo que en la parte de las personas mayores que no tienen movilidad reducida y sólo precisan simplificar su estilo de vida, va a seguir aumentando la demanda”.
En cuanto al costo de esta clase de servicios, Echeverry afirma que no hay un estándar de tarifas sino que, dependiendo de las necesidades que tenga el cliente, se llega a un acuerdo mensual. Sin embargo, de acuerdo a la experiencia, afirma que una tarifa normal para estadía prolongada ronda los US$ 3.500 por mes.