Existen desde tiempos inmemoriales y son, fundamentalmente, prendas de vestir utilizadas específicamente para cubrir la cabeza, tanto sea del calor como del frío, de la lluvia o la nieve e incluso, en algunas épocas y lugares, un indicador de clase social.
Para Agustina Ramírez Siri los sombreros son todo esto y mucho más, porque en el nombre propio de la marca, Rebaño Rosa, la emprendedora apostó por crear una identidad que rescatara lo artesanal, pero con precisión milimétrica, sin dejar nada librado al azar, con un nivel de detalle en el que con sus manos combina saberes antiguos con herramientas de vanguardia, utilizando materias primas únicas en el país.
“Rebaño tiene que ver con eso de grupo, de conjunto, de tribu… y rosa porque es un color femenino, sin generalidades, pero identificable con lo femenino. Rebaño Rosa de algún modo tiene que ver con la idea de crear una prenda que se lleve las miradas y así, generar mujeres magnéticas, que entren a un lugar y se lleven ellas las miradas”, dijo la sombrerera, quien desde el corazón del departamento de Paysandú viene consolidando su trabajo como una de las propuestas más exquisitas de diseño de autor del país.
En un reciente evento exclusivo, Ramírez Siri presentó su nueva colección de sombrerería de lujo, en la que cada pieza es como una declaración de arte y carácter.
“Me gusta ponerle alma a los detalles –dijo la sombrerera– y me gusta trabajar con lana merino de alta calidad, cueros finos, incluso cuero de salmón, camafeos antiguos, plumas traídas del exterior y accesorios en alpaca y plata elaborados por un orfebre uruguayo”.
Pero no solo el material es exclusivo en Rebaño Rosa, sino también la producción, que es absolutamente artesanal. Según contó Ramírez Siri a InfoNegocios, trajo desde Europa una vaporera, una plancha y un suplete –o molde– especial para moldear sombreros con precisión.
“Las hormas son talladas a mano exclusivamente para la marca y utilizo un cortador especializado, utensilios de talabartería y hasta un pirograbador importado para lograr terminaciones únicas”, dijo Ramírez Siri, señalando que los precios de sus diseños pueden varias desde $ 5.600 a $ 8.000, como los sombreros premium, con detalles en baladí, plata, banderas, canutillos, pañuelo e incluso en una confección bicolor.
Cada diseño tiene impronta textil pensada junto a una diseñadora reconocida en el rubro, pero para lograr esta excelencia, Ramírez Siri se capacitó en el exterior con una sombrerera que diseña para teatro y cine. Además, la emprendedora invirtió más de 25.000 dólares para asegurar calidad, herramientas y producción a nivel internacional.
Reconocida por quienes buscan piezas únicas, hechas a medida, con valor histórico y una estética que no responde a modas pasajeras, sino a identidad, Rebaño Rosa es una marca combina oficio, elegancia y un concepto que resignifica la sombrerería desde Uruguay hacia el mundo.
En una semana en la que en Montevideo se vieron, en el marco de la Expo Prado 2025, infinidad de sombreros de todo tipo y tradición, generalmente iguales unos y otros en su mayoría, vale rescatar el trabajo artesanal que se hace al norte del país, en Paysandú, donde Rebaño Rosa va ganando cada vez más fieles.