Alina Guevgeozian, gerente de ventas de BAS, nos cuenta los detalles de este cambio que genera un tremendo impacto para la operativa y gestión de la mercadería, desde su origen hasta la llegada al cliente, con todos los procesos involucrados en el ínterin.
¿Qué permite la misma y cuál es su gran valor?
Incorporar una tecnología a los locales que les habilita a realizar todo el control de stock de manera simple, confiable y en minutos, cuando antes podía llevar horas hombre. Esto a su vez habilita que los recursos de los locales puedan destinar su tiempo a dar atención de calidad a los clientes (que siempre son el centro de nuestra experiencia), además de aggiornar a la marca a los nuevos hábitos omnicanal de compra.
Hoy en día, un cliente quiere una experiencia sin fricciones, a través de la cual elige qué quiere comprar y en qué canal lo quiere realizar, y retirarlo, recibirlo o devolverlo en el momento y lugar de su preferencia y para eso es imprescindible tener un stock confiable, disponible y en línea.
¿Cómo puede percibirse la Evolución concretamente en los puntos de venta?
Desde la apertura del primer local a hoy, el foco ha estado puesto en la mejora continua de todos aquellos procesos que generen una excelente experiencia del cliente en nuestros locales.
Nuestro gran desafío durante el proceso de expansión de la marca y ahora en la etapa de evolución de la misma, ha sido y es el de profesionalizar a nuestros equipos, desarrollarlos y simplificar su dia a dia para que hagan su trabajo con gusto, lo hagan de manera simple y ágil, aprendan nuevas herramientas y que eso se traduzca en una mejor atención en los puntos de venta.
Una de las tareas que en BAS y en la mayoría de las empresas de retail que requiere más gasto de energía es la gestión de inventario. Por este motivo es que incorporamos la herramienta RFID.
¿Cómo funciona?
La etiqueta específica de RFID es colocada en cada prenda en origen. A diferencia del código de barras que se utilizaba antes y que muchas marcas aún utilizan, RFID no requiere una línea de visión directa con el código para poder leer una etiqueta. Una persona con un lector desde la puerta del depósito puede leer inventario en minutos. La captura de la información se realiza a través del envío de ondas de radiofrecuencia.
El código de barras requiere leer un código por vez, mientras que RFID permite capturar cientos de códigos por segundo.
Esta eficiencia nos permite destinar nuestros recursos humanos a brindar una mejor y más ágil experiencia de compra en el local en lugar de estar contando inventarios, y así mejorar la calidad en la atención, agilizar las filas para pagar y disponibilizar el 100% de nuestro stock con seguridad, lo que nos trae más venta además de eliminar horas de arduo trabajo.
Nuestro gran desafío en la incorporación de esta tecnología que cambiara radicalmente todos los procesos operativos, fue llevar a los equipos al grado de profesionalismo que necesitábamos y capacitarlos para que el uso de la tecnología fuera el que esperábamos.
Logramos customizar la herramienta a medida de BAS, escuchando las necesidades de quienes hemos tratado como protagonistas: los encargados de local, voceros de todas las personas que todos los días trabajan de cara al cliente y que son responsables de brindar el mejor servicio.
Hoy ya todos los locales de BAS operan 100% a través de RFID. Reciben mercadería realizando una lectura que lleva minutos y que antes llevaba horas, reponen el piso de ventas, realizan inventarios, cobran, traspasan y mantienen un stock en línea, fiable y disponible para los clientes.
Este orden nos ha permitido mejorar el abastecimiento en los puntos de venta y bajar los niveles de stock logrando así una mayor productividad y como consecuencia una mayor rentabilidad.