La Encuesta Agrícola “Invierno 2022” procesada por el Ministerio de Ganadería, señala que la producción de soja alcanzó rendimientos de 2.799 kilos por hectárea, un 49% por encima de los 1.881 kilogramos por hectárea alcanzados en la zafra anterior. A esto se suma una mayor superficie plantada (creció cerca de un 9%).
Con unos pocos días de diferencia a conocer este resultado, el Banco Central dio a conocer sus estimaciones del Producto Interno Bruto (PIB) correspondientes al segundo trimestre del año. Y en ese sentido, esos resultados de la soja explican gran parte del comportamiento extraordinario del sector primario, que creció a una tasa de dos dígitos (17,7%) respecto al segundo trimestre de 2021, y explicó 1,2 puntos porcentuales de los 7,7 puntos porcentuales de crecimiento del PIB total.
A su vez, se dio un aumento de actividad en sector de comercio y transporte vinculados a una mayor actividad respecto al segundo trimestre de 2021 debido a un “efecto rebote” debido a que en aquel periodo de tiempo la actividad estaba limitada por la pandemia (menor movilidad y actividad).
En cuanto a los componentes de la demanda, los mismos han evolucionado de forma diferente: mientras la inversión y exportaciones ya han recuperado y superado los niveles prepandemia, el consumo privado aún permanece levemente por debajo de aquellos niveles. De aquí en adelante, el motor de inversión y exportaciones tiende a desacelerarse en términos de tasas de crecimiento y los fundamentos del consumo privado -provenientes del mercado de trabajo- aun no ingresan en una fase de dinamismo.
Ramón Pampín, gerente de Consultoría Económica de PwC