Al considerar la variación “punta a punta”, el salario real privado ha disminuido en los últimos tres años consecutivos, mostrando caídas de 1,0%, 2,2% y 1,3% en 2019, 2020 y 2021, respectivamente.
Este reciente fenómeno “punta a punta” refleja lo que ha sucedido en estos últimos dos meses de 2022 con la caída de precios (“deflación”), lo cual impulsó al alza el salario real. Este efecto sucedió vía “denominador” por la caída de precios, y seguirá influyendo a lo largo de 2023 con el proceso de desinflación esperado. Por otro lado, se espera se sume un efecto vía “numerador”, a través de como los Consejos de Salarios (cierre de novena ronda e inauguración de la décima ronda) afecten el salario nominal. Cuando se menciona el efecto vía “numerador” o “denominador” se apela simplemente a que el salario real es el cociente entre salario nominal (numerador) y los precios (denominador).
No obstante, el efecto del incremento del salario real requerirá un fino equilibrio, o como se le llama en la jerga económica, “sintonía fina”, entre dicho incremento y la no afectación de los puestos de trabajo, en un contexto de una economía que en muchos sectores no tiene ganancias de productividad que toleren tales incrementos. Una conjetura importante: el estancamiento del mercado de trabajo se habría dado más que nada a nivel de los empleos informales.
Por:
Ramón Pampín, gerente de Consultoría Económica de PwC Uruguay.