Indoor Padel inauguró en 2019 un complejo de tres canchas en La Cruz de Carrasco, a las que agregó una más el año pasado. Además la empresa lleva vendidas ocho canchas, la mayoría al interior, e instalará otras tres en las próximas semanas. Estas se ubican en un gimnasio de Carrasco, en el complejo Sale 5 de Las Piedras y un club de Colonia, y ya hay tres interesados para cerrar una cuarta.
El precio de una cancha de pasto sintético y vidrio blindex es de US$ 33.000 con la instalación incluida, y según el director de la empresa Juan Ciganda, la demanda viene principalmente de clubes y complejos deportivos. Además de Montevideo, los departamentos con mayor avidez son Colonia, Paysandú, Maldonado y Rocha (El Chui en particular).
El jugador de pádel y empresario estima que hoy en todo el país debe haber unos 3.500 aficionados y 100 canchas, de las cuales 30 serían de vidrio.
Un factor clave de este regreso fue la llegada de infraestructura de calidad. El cemento, un enemigo feroz de las rodillas, fue sustituido por pasto sintético, disminuyendo el riesgo de lesiones y generando que toda una generación se vuelva a enamorar de la paleta.
Es un crecimiento en base a poca publicidad y mucho boca a boca, y si bien a Indoor Padel llegan personas de todas las edades y perfiles, hay un público significativo de alto poder adquisitivo: empresarios, ejecutivos, profesionales, deportistas y figuras de los medios que se juntan a jugar todas las semanas. Con Diego Forlán e Iñaki Abadie entre los devotos.
Además de Indoor Padel, el año pasado abrieron La Iguana Padel y Reducto Padel Center para completar un total de 13 canchas de vidrio nuevas en Montevideo, a las que se deben sumar los clubes históricos. Para Ciganda la demanda todavía no está satisfecha, por lo que no sería una sorpresa que próximamente abrieran más.
Antes de la clausura de la actividad deportiva por la pandemia, a su complejo llegaban unos 300 jugadores por semana, con turnos de mañana, tarde y noche completos casi todos los días. El precio de alquiler de una cancha es de $ 1.000 la hora y de una clase $ 700. Una paleta allí cuesta US$ 200 promedio, y en lo que va del año llevan vendidas más de 300.
En Indoor confían en que entre la abstinencia de estos meses y las ventajas que ofrece el pádel desde el punto de vista sanitario en pandemia, las reservas exploten una vez se habilite la actividad. Dependiendo de las disposiciones del gobierno, se irá aumentando la capacidad hasta volver al 100% de ocupación. También seguirán apostando a la venta de canchas y en un futuro no descartan abrir un segundo complejo en el oeste de Montevideo.