En la edición 2025 del Global Business Complexity Index (GBCI), elaborado por TMF Group, Uruguay descendió un lugar en el ranking global de complejidad para hacer negocios, pasando del puesto 26 al 27. Sin embargo, lejos de ser una señal negativa, esta baja representa una mejora en su posicionamiento relativo, según explicó a InfoNegocios Héctor Lorenzo y Losada, jefe de TMF Uruguay y Paraguay.
“El leve retroceso es una buena noticia, ya que bajar en este índice significa una mejora. Lo tomaría como un espaldarazo: Uruguay mantiene una posición que, en América Latina, es de las mejores”, aseguró Lorenzo y Losada en diálogo con InfoNegocios.
El índice evalúa a 79 jurisdicciones según la complejidad que enfrentan las empresas para operar, considerando factores legales, contables y laborales. Uruguay sigue destacándose como uno de los países menos complejos de la región, solo superado por Chile (puesto 20).
Estabilidad, previsibilidad y desafíos puntuales
La clave del buen posicionamiento de Uruguay, explicó Lorenzo y Losada, está en su estabilidad política y económica, una infraestructura confiable y una normativa predecible. “La ausencia de nuevas regulaciones que compliquen las operaciones y la previsibilidad en los costos operativos lo vuelven una opción atractiva”, destacó.
No obstante, el informe identifica como punto desafiante la etapa de instalación de empresas extranjeras. Entre los factores que pueden generar fricción, se mencionan la regulación laboral, la obtención de permisos, los procesos administrativos y el aumento de controles bancarios para evitar el lavado de activos.
Ante esto, Lorenzo y Losada recomienda a las compañías contar con asesoramiento local y planificar con anticipación aspectos como la contratación de personal, cumplimiento tributario y adaptación normativa.
La política exterior también juega un rol clave en la percepción empresarial. “La estabilidad diplomática y la capacidad del gobierno para avanzar en acuerdos comerciales refuerzan la confianza de las empresas extranjeras”, indicó. En ese sentido, tratados como el Mercosur-Unión Europea consolidan a Uruguay como un hub regional atractivo.
Uruguay, además, puede extraer aprendizajes de países que figuran entre los más complejos, como México, Brasil, Colombia o Argentina. “Debe evitar cambios abruptos en regulaciones fiscales o laborales, mantener la previsibilidad en costos y continuar simplificando procesos”, concluyó Lorenzo y Losada.