Esteban Pérez Ruiz es chef vegano desde hace 4 años. Especialista en este tipo de cocina la emergencia sanitaria lo llevó al seguro de paro en su trabajo y lo obligó a buscar una alternativa que le permitiera salir adelante.
Así nació Son Fermentos, una empresa que se dedica a la producción y comercialización de productos a base de fermentación con el objetivo de “ir hacia una alimentación consciente, entender qué comemos, qué beneficios tiene sobre nuestro cuerpo, el origen de practica un consumo responsable como usuario desde que te comprás un paquete de galletas hasta que entrás en un restaurant”.
Pérez Ruiz busca concientizar al respecto de las ventajas y beneficios que tienen los alimentos fermentados; “en mi caso más que un trabajo o un hobby es mi pasión, me encanta, la fermentación es la vida después de la muerte, es transformar un alimento en algo nuevo”. La fermentación consiste en la modificación de un alimento mediante la adición de bacterias u hongos seleccionados para obtener un producto en particular (en este caso), según el chef “generando algo que permite que la naturaleza siga su curso”.
Son Fermentos busca dar a conocer el hecho de que los humanos como sociedad “perdimos la educación de consumir alimentos fermentados, es un trabajo de hormiga reeducar el paladar, comprender que si comenzó un proceso de fermentación no es que se dañó o que esté mal, sino que simplemente se transformó, no es lo que era antes”. El director de la empresa al principio solo fermentaba bebidas, kombucha y kéfir, luego realizó pruebas y buscó generar queso Camembert de larga fermentación el cual sentó las bases del proyecto actual.
La marca cuenta con 4 productos al público, el más vendido es una pasta de castañas de cajú; “No me gusta posicionarlo como un queso untable porque quiero marcar distancia. Este producto en particular pasa por más de 70 horas de fermentación y justamente por el tipo y selección de bacterias que tiene, dura hasta 2 meses sin conservantes en la heladera”. El segundo producto es una mostaza de fermentación lenta y sabor intenso, a los cuales se le suman “dos mermeladas crudas, de fermentación en Kombucha, con un gran aporte de Omega, el cual se lo da la chía con azúcar orgánica (de origen argentino) y lo más importante es que es crudo -con todos los beneficios que trae para el cuerpo consumir crudo-”.
Los productos se comercializan en 18 puntos de venta y se van sumando en la medida que se van conociendo y el público repite su compra, distribuidos entre Montevideo, Las Piedras y Ciudad de la Costa, el empresario vaticina un panorama positivo con un crecimiento sostenido de la marca que se ve reflejado en las ventas.