El análisis del Cpce concluyó en el importante papel que juega el atraso cambiario en relación a los términos de intercambio real (relación de precios de bienes que se importan y exportan). “Brasil mantiene su moneda sobrevaluada y eso permite a Argentina soportar el atraso, pero a su vez complica el crecimiento y afecta a las exportaciones”, se explicó.
En tal sentido, Acosta vaticinó que el ritmo de devaluación del dólar oficial continuará acelerándose y que a fin de año llegará a los 6 pesos que adelantó el mes pasado el instrumentador de la política económica nacional, Guillermo Moreno.
Restricciones
El informe presentado por los economistas del Cpce señaló que en los últimos tres años el superávit creciente de la balanza comercial se explica por las restricciones impuestas por el Gobierno.
Por otra parte, y en términos microeconómicos, Acosta sostuvo que continuará el estricto control para comprar dólares a precio oficial. “La restricción cambiaria se mantendrá en el tiempo, no se podrá atesorar en dólares”, afirmó.
El "efecto soja" y el "efecto Brasil" no llegan y el 2013 viene igual (o peor) que 2012
El panorama económico que prevé para este año el Instituto de Economía del Consejo de Profesionales de Ciencias Económicas no es muy alentador. Ayer el grupo de especialistas de esa entidad mostró los resultados de la primera reunión de trabajo de 2013, la que se focalizó en el sector externo.
Así, la directora del instituto, Mary Acosta, subrayó que las buenas noticias que se esperaban para que el comercio exterior tuviera un gran 2013 no han llegado: primero, el “arranque” de la industria brasileña que se preveía para finales de 2012 no fue tal y todo indica que seguirá, por ahora, igual de lento; segundo, la cosecha no será tan buena como la esperada lo que implica menos dólares para el Estado. “Entonces, este año el crecimiento volverá a depender del consumo interno y del empleo”, vaticinó Acosta. Los efectos “Brasil” y “soja” no mejorarán las exportaciones.
A estas malas noticias para la economía nacional se le suma la histórica complicación del sector externo argentino: si no se revierte la alta dependencia (de insumos importados) de la industria no habrá crecimiento sostenido posible.
“Este punto es lo más importante para revertir, si bien hoy las empresas se llevan muchos subsidios, estos deberían ser más eficientes y concentrarse en algunos sectores que generen más productividad”, señaló la economista.
- ¿A qué sectores se refiere?, preguntó InfoNegocios.
- Claramente hay algunos a los que no conviene subsidiar, las tecnológicas que ensamblan en Tierra del Fuego, por caso. Deberían destinarse más fondos a biotecnología, nanotecnología-, ejemplificó la especialista... seguí haciendo clic en el título.