“Hace poco llegué en auto con un cliente argentino a un hotel. Cuando nos bajamos, un barrendero que estaba allí nos deseó buenas tardes. Quien me acompañaba me comentó que en Argentina ese gesto se había perdido hacía años. Esos valores sencillos hacen de nosotros un país diferente, pero tengo miedo de que eso se pierda en algún momento”.
Gracias a quienes nos acompañan: