¿Qué va a pasar con el dólar? ¿Es correcta la rebaja impositiva que anunció el gobierno? ¿Es buena la propuesta de reforma jubilatoria que está en el Parlamento? ¿Qué pasa con la educación? ¿Se puede mejorar la inserción internacional del país? ¿Qué pasa con la actividad económica en 2023?
Bajo el título Puntapié inicial 2023 el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES) llevó a cabo una cena exclusiva para sus socios, en la que hubo un interesante ping-pong entre Ignacio Munyo, director ejecutivo de CERES, y el periodista Nelson Fernández, quienes se refirieron a las perspectivas económicas y políticas para este año.
Desde el dólar hasta la inserción de Uruguay en el mundo, estas son las seis preguntas claves para saber qué va a suceder con la economía este 2023.
¿Qué va a pasar con el dólar?
Siempre es complicado anticipar el valor del dólar porque depende en gran medida de factores externos. Y hoy el contexto internacional tiene una enorme incertidumbre asociada a la velocidad de la reducción de la inflación en Estados Unidos. En la medida que la inflación sea persistente y que por ende las tasas de interés en Estados Unidos sigan subiendo, es esperable que el dólar se fortalezca a nivel internacional, por lo que tendería a subir en Uruguay. Pero, si la inflación se desacelera mes a mes, las tasas pueden dejar de subir, o incluso bajar y con ello reducir el valor del dólar a nivel global. La semana que viene sale la inflación en Estados Unidos, ahí tendremos algo más de información. La verdad es que nadie en el mundo sabe lo que va a pasar.
Es una realidad que en Uruguay el dólar está demasiado bajo, que hay atraso cambiario y que es malo para el sector productivo. Pero no hay que pedirle al gobierno que haga lo que no puede hacer. Han ingresado muchos dólares al país en el último año entre exportaciones, inversiones, y turismo lo que reduce el valor de mercado del dólar. Se puede discutir si podría haber una mayor intervención del Banco Central en el mercado de cambios. Pero para ello hay que tener presente que, en Uruguay, la inflación y el dólar van de la mano, y con negociación salarial a mitad de año, no es recomendable tener suba de inflación. A pesar de ello, creo que hay algo de espacio para bajar levemente la tasa de política monetaria como señal de apoyo a la competitividad de corto plazo del país.
¿Es correcta la rebaja impositiva que anunció el gobierno?
Estoy de acuerdo con los cambios tributarios planteados por el gobierno. Por razones de forma y fondo. En primer lugar, porque es muy importante para la confianza en la democracia que se cumplan con los compromisos electorales. El anuncio va en esa línea. A su vez, la carga tributaria sobre las empresas y las personas en Uruguay es elevada. La necesidad de bajar impuestos es algo sobre lo que vengo insistiendo incluso antes de la promesa de la campaña electoral.
La reducción de la carga impositiva en los sectores involucrados en la propuesta tendrá impacto sobre el consumo futuro y por ende la reducción de recaudación no se puede medir con un cálculo de servilleta. Existen efectos indirectos que hay que considerar y que van a subir la recaudación de otros impuestos. Ahora, si la preocupación es la sostenibilidad fiscal, este paquete tributario hay que analizarlo en conjunto con la reforma de la seguridad social.
¿Es buena la propuesta de reforma jubilatoria que está en el Parlamento?
Sí. La reforma resuelve un problema puntual que hay que solucionar. Después de un largo proceso de discusión iniciado hace más de 5 años, Uruguay da un paso muy importante para mejorar sustancialmente su sistema de seguridad social.
Obviamente que no soluciona todos los problemas del país, ni el problema de la distribución del ingreso. No creo que haya que buscar siempre solucionar varios problemas a la vez. Las tres bandas en el billar o en el pool son difíciles.
Una parte importante del déficit fiscal del Uruguay se debe al gasto en seguridad social, porque no alcanzan los aportes personales y patronales para pagar las jubilaciones. Y no hay espacio para aumentar aportes porque ya se encuentran en valores bastante elevados en comparación internacional.
La reforma propuesta no afecta a los jubilados actuales. Además, los plazos de aplicación son lo suficientemente largos como para no afectar las trayectorias laborales de las personas que puedan estar pensando en su jubilación futura.
Se propone que la edad jubilatoria suba gradualmente con el aumento en la esperanza de vida y se plantean incentivos para que sea rentable seguir trabajando. La reforma logra estabilizar en el tiempo el déficit fiscal actual del sistema, que sin reforma es creciente e insostenible en el tiempo.
¿Qué pasa con la educación?
Se acaba de iniciar un proceso de reforma que -a diferencia de la ley que se va a aprobar sobre las jubilaciones- para su éxito no basta con la decisión del gobierno. Para que la transformación educativa avance tiene que lograr el compromiso de los docentes con los profundos cambios que se plantea en la forma de enseñar.
No me cabe duda de que la propuesta es buena, la conozco de cerca, desde hace años, hace una década que estoy involucrado en estos temas. Es lo que el país necesita. Sin embargo, el partido se juega en el proceso. Tenemos experiencia de buenas reformas educativas que fueron prácticamente revertidas por los docentes. Hay que ir con mucho cuidado, esta reforma es necesaria y urgente, tiene que quedar bien implantada en el sistema. No hay margen para que haya marcha atrás: sería un suicidio colectivo para el futuro del país.
Igual que la reforma jubilatoria, si yo estuviera en la oposición, en silencio, estaría cruzando los dedos para que esta reforma saliera adelante.
¿Se puede mejorar la inserción internacional del país?
Sí, pero no yendo por un camino que no tiene salida. Los trenes pasan. Así como vimos pasar el tren de un TLC con Estados Unidos en 2006, creo que también vimos pasar un TLC en 2017, cuando estaban dadas las condiciones internacionales para que fuera conveniente para Uruguay. Hoy no lo es. Pero hay mucho para hacer. Se puede avanzar en la relación comercial con América del Norte y con Europa.
Con México tenemos un TLC que se puede aprovechar más. Con Estados Unidos tenemos una profunda relación comercial en materia de servicios de software y asociados; que el único techo que tiene para crecer es nuestra capacidad de ejecutarlos. Canadá se sumó al reciente acuerdo de cooperación económica que lanzó Estados Unidos con países cercanos de la región y que está Uruguay, y es importante también.
Con Europa está latente la esperanza de que concrete el acuerdo de todo el Mercosur, en el marco de una relación comercial con una perspectiva que cambió muy positivamente con los acontecimientos bélicos. Y además, se puede aprovechar la excelente marca país que hoy tiene Uruguay. En todos lados.
¿Qué pasa con la actividad económica en 2023?
El año arranca con luces y sombras: una feroz sequía con elevados costos para el agro -todavía difíciles de calcular-; pero también con una temporada turística mucho mejor de lo esperado.
A pesar de la gran diferencia cambiaria con Argentina, llegaron al país mucho más argentinos de los que se pensaba, superando ampliamente el registro prepandemia. También hubo un fuerte impulso del turismo interno, que muestra que ahí hay un motor importante para el sector y que aquello de que no hubo derrame es muy discutible.
El 2022 cerró con un crecimiento promedio del PBI superior al 5%. Sin embargo, el crecimiento genuino del año, de enero a diciembre, fue solo 2%. Similar a los registros que se esperan para este año. Y recordemos que previo a la caída y rebote de la pandemia, la economía arrastraba 5 años de estancamiento. Después de crecer a tasas récord entre 2004 y 2014, se apagó el motor.
Para que se prenda y poder crecer de forma sostenida (y más de 2%) es indispensable procesar la agenda de reformas, que tiene incluida la reforma de la seguridad social y la transformación educativa, pero que no se puede olvidar de actualizar la regulación laboral, mejorar la eficiencia del Estado (incluyendo las empresas públicas) y mejorar la inserción internacional del País. Ahí se juega el futuro del país, en un partido que trasciende los tiempos de este gobierno.