Parece mentira, pero por alguna razón los perros perciben cuando uno los quiere agarrar para bañarlos. Algunos se quedan tranquilos (benditos sus dueños) pero la gran mayoría dejan el surco intentando escapar. Cuando finalmente son atrapados comienza el periplo para que se dejen bañar sin empapar absolutamente todo alrededor, objetivo que rara vez se logra. Esta rutina, tan similar a un paso de comedia como cansadora, ha hecho que se genere todo un mercado para el aseo canino y son muchas las veterinarias que ofrecen esta clase de servicios. Sin embargo, la gran demanda también provoca que muchas veces la agenda esté abarrotada y los dueños tengan que esperar hasta dos semanas para poder bañar a su mascota.
Con esto en mente es que un emprendedor uruguayo de 29 años llamado Damián Graña Agüero se dió a la tarea de buscar una solución aplicable al mercado local, y la encontró en Barcelona, con la empresa Lavakan. “Había un problema por dos lados: por un lado, el cliente que tiene una mascota y tiene que agendar para dentro de una semana el baño y, por otro lado, el veterinario o empresario que tiene problemas de personal, rotación y mano especializada. Hoy para tocar una mascota vos tenés que tener a alguien que sepa porque si llega a haber un problema, es como lastimar a un hijo”, explica Damián a InfoNegocios.
Luego de un primer contacto se embarcó rumbo a Cataluña y allí cerró el acuerdo para traer Lavakan a Uruguay, Argentina y Paraguay como Master franquiciado. Pero ¿cuál es la solución que ofrece la marca? Son fabricantes de cabinas que aplican tecnología a los baños caninos. El baño se puede aplicar de forma manual por el dueño del animal o de forma automática, pero para ambas modalidades hay un asesor de la empresa guiando el proceso.
Con lo que parecía ser un buen negocio entre manos, Graña se puso a trabajar y para diciembre del 2023 abrió el primer local propio con dos cabinas en Punta Carretas, en la rambla esquina 21 de setiembre, que abre todos los días de 9 a 21 hs. Comenzó con cuatro o cinco baños por día pero en seis meses ya tiene un promedio de 10 baños por día y 50 servicios por fin de semana, con un costo de entre 700 y 900 pesos cada uno. El siguiente objetivo en el horizonte es abrir un segundo local propio en Punta del Este, para lo que está buscando inversionistas para alcanzar unos 100.000 dólares.
Al mismo tiempo comenzó a desarrollar el negocio de las franquicias a nivel local. Así, explica que el modelo de franquicias tiene tres patas. La primera en formato de Corner, con una máquina y entre 15 y 30 metros cuadrados de espacio. Quien esté interesado en aplicar para el negocio debe pensar en invertir 30.000 dólares. El segundo formato es de estilo Pet Shop de entre 60 y 120 metros cuadrados y dos cabinas. En este caso el negocio también incluye la venta de comida y artículos variados. La tercera opción está pensada para veterinarias ya instaladas que deseen alquilar las cabinas como un servicio complementario.
Comenta también que, además del apoyo de familiares y amigos, un aliado fundamental en este proceso viene siendo la guía de la consultora uruguaya Surplus Internacional, especializada en negocios de franquicias.
Para el corto plazo, además de abrir el nuevo local en Punta del Este, buscan abrir con un franquiciado y, además, potenciar un producto llamado Club Lavakan: una tarjeta de débito prepaga, “la primera tarjeta de débito para perros” según dice, riendo, que sirve para pagar los baños de las mascotas pero también para acceder a descuentos en comercios asociados.
Para cerrar, Damián comenta que más allá de lo económico, lo importante de Lavakan es que tiene un impacto social importante “porque hoy el que tiene un problema con el baño lo puede solucionar de forma más rápida. El perro no es el de antes, hoy el perro tiene un lugar para la familia y si vos tenés que bañar a tu hijo, lo querés bañar vos o tener un espacio donde lo puedas ver y que esté seguro”.