Fernando Otegui: a la hora en que se congregaba la gente del norte de la ciudad en el nudo vial, yo estaba en plena organización del evento de lanzamiento de un emprendimiento de varios millones de dólares, o como se nos quiere imponer, de varios millones de pesos. Así que la cobertura del evento fue un poco la charla de los invitados, principalmente inversores, gente relacionada al proyecto, el equipo técnico y los miembros de la firma desarrollista. Quiero aclarar que el clima era de optimismo y todo transcurrió con absoluta normalidad y el cacerolazo que se realizaba a menos de 100 metros no se sintió e incluso todos se preguntaban si se había realizado.
Curiosamente, el primer evento que organizamos con mi empresa fue la inauguración del nuevo local de Audi ni más ni menos que el 20 de diciembre de 2001 y la comparación viene al caso, porque el clima reinante en aquellos tiempos era de absoluta desesperación, desesperación que se reflejaba en la cara de cada uno de los presentes, la sensación en esos tiempos era la de estar en la cubierta del Titanic, sabiendo que el naufragio era inevitable, diametralmente opuesto al clima de este 2012.
Sin poder con mi curiosidad, me acerqué a observar a la gente congregada y me sorprendió ver que local de Lapana frente a la Mujer Urbana convocaba más que los indignados contra la "Dictadura K", aunque la mayoría de los autos que pasaban hacían sonar sus bocinas en adhesión a los caceroleros, el número de manifestantes provocaba un poco de pena. Entre el ruido se escuchaban las mismas consignas gastadas desde hace meses por los periodistas opositores... que la rerre, que el cepo al dólar, que lo que dijo Lanata, que son todos ladrones, que la cadena nacional, que son una mafia, que le dan nuestros impuestos a los negros para que los voten, que la terrible inseguridad donde te secuestran y te violan a tus hijos, que en los countries están afanando a lo loco, que las notebooks regaladas, que las retenciones, que el 15%, que Moreno, que vienen por nuestras propiedades, que vamos a ser Venezuela en unos meses... ¡hasta llegué a escuchar que por ser de La Cámpora te pagan 100 lucas por mes! Y en el medio reflexiones un poco más sensatas como que si tenés una Pyme no hay forma de bancar la estructura, que el costo de vida es asfixiante, que se comunica mal, que todo parece improvisado, que hay incertidumbre... Me volví pensando en las diferencias, en lo equivocados que estamos, hice un repaso entre la gente que conozco y no tengo un solo amigo, pariente o conocido que cobre algún tipo de asignación, no conozco a nadie de La Cámpora, mucho menos a algún afiliado al Frente para la Victoria, pero tengo amigos y conocidos que apoyan a este gobierno sin recibir nada a cambio, que la pelean como todos y tengo por supuesto, muchos que odian visceralmente a Cristina y sus aliados y sigo tratando de entender el motivo de su enojo y siempre vuelven a las mismas consignas que se repitieron esta noche, que Lanata, que el dólar, que...
Sin nadie que la dirija, la clase media dio una poderosa demostración de fuerza en Patio Olmos
Olfateando que la convocatoria motorizada en las redes sociales iba a ser importante en Córdoba, InfoNegocios le pidió a un redactor de este medio, a un publicista crítico y a un kirchnerista confeso que salieran, vieran y nos contaran desde su perspectiva qué pasó ayer.
Marcela Pistarini (periodista IN): la de ayer fue la protesta más importante de los últimos años en Córdoba. Según distintos medios y cálculos rondó entre las 8.000 y 20.000 personas y demostró el poder de convocatoria de las redes sociales (incentivado por los medios anti K) y el poder de movilización de la clase media (seamos francos: hoy por hoy ningún político ni partido es capaz de juntar tanta gente de forma espontánea, y menos aún el kirchnerismo en Córdoba). Precisamente fue la asepsia política la característica principal de la protesta: hubo pocos políticos conocidos y sí muchas banderas argentinas y carteles que dejaban en claro (para satisfacción de José Manuel, que debe haber esbozado más de una sonrisa desde su “retiro espiritual”) que muchos cordobeses no la quieren nada, nada a Cristina y están dispuestos a expresarlo en la calle. Se notó en los comentarios de la gente (muchos jóvenes y jubilados) y en los carteles, que apuntaban principalmente en contra de la re-re-elección. Pero lo que no hubo fue un mensaje claro: ¿la protesta fue por la inflación, por la pobreza, por el atropello a las libertades, por la inseguridad, por el cepo cambiario? Pero la pregunta que quedó flotando es ¿y ahora qué?
Ezequiel Urquidi (lector de InfoNegocios afín al Gobierno): no encuentro una protesta más contrastante con los cacerolazos del 2001 que los neocacerolazos 2.0. Ausente totalmente está el ambiente hostil que se respiraba cuando las cacerolas acompañaban la caída de De la Rúa, porque la hostilidad y la bronca venían de la mano del hambre. Ahora el panorama se ve distinto: la protesta es más un festejo de la libertad de expresión; donde un grupo nutrido -pero para nada masivo- de gente, camina con alegría y posa para su Facebook. La protesta en sí, es totalmente válida, siempre planteandola como un interés de clase. Lo que tal vez no es tan válido, es apropiarse del concepto de "cacerolazo" que le es totalmente ajeno.
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