Quienes respetan y valoran la esencia de un material tan noble como la madera saben que también hay que cuidarlo, por eso, con el propósito de celebrar la apertura del Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry (MACA) y de algún modo ser parte de este hecho histórico en la arquitectura del país, Cetol, la marca del grupo AkzoNobel, aportó más de 1.000 litros de recubrimientos para proteger la estructura de este inmenso museo levantado en Manantiales y que en sí mismo es una obra de arte.
“Los esfuerzos de Cetol están dirigidos a la construcción de vínculos sólidos y de largo plazo con distintos actores de la sociedad que comparten el espíritu de fomentar el uso de la madera y su aplicación respetuosa con el medio ambiente”, dijo Juan Arocena, gerente comercial de AkzoNobel Uruguay.
“En ese sentido -agregó Arocena-, nos pareció una excelente iniciativa colaborar con un proyecto como el MACA, en el que predomina la arquitectura responsable integrada con el paisaje, entendiendo como tal lo natural y lo cultural”.
Según explicó el gerente comercial de AkzoNobel Uruguay, esta obra -sin precedentes en el país- es de 1.600 m2, rodeados de 40 hectáreas de verde, lo cual “se alinea a la estrategia de la firma de promover el uso de la madera en términos arquitectónicos y no solo decorativos”.
La construcción del MACA tomó la estructura de un arca como inspiración, y en el proceso se determinó que la madera fuera el elemento que domine el hall central y el techo del museo. Grandes eucaliptos uruguayos fueron tratados, cortados y numerados en Francia para volver luego a Manantiales y formar parte de esta obra arquitectónica liderada por el escultor Pablo Atchugarry y el arquitecto Carlos Ott.
La propuesta de protección por parte de la marca Cetol fue la de utilizar la Tecnología Balance, una combinación que reúne innovación sustentable, tecnología y tendencia con los mejores atributos de duración de la tecnología tradicional con los beneficios de los productos al agua que minimizan el impacto medioambiental.
Dentro de los aspectos más valorados por los usuarios se destacan la alta durabilidad, la facilidad de aplicación, el secado rápido y la baja intensidad del olor, entre otros.
Cabe señalar que una vez finalizado el edificio, se utilizaron unos 1.300 litros de recubrimiento para que el MACA perdure en el tiempo en las mejores condiciones. En total, fueron aplicados 500 litros de Cetol Classic Balance Cristal para el interior del edificio y 800 de Cetol Duración Extrema Cristal para el exterior, estos últimos donados por la marca Cetol de AkzoNobel.
Ambos productos son protectores que cuidan la madera generando una película elástica y microporosa que acompaña sus movimientos para una mayor protección. El color cristal también fue clave para realzar el tono original de la madera utilizada.