“Hoy en día, el principal reto que tiene el sector es tratar de prevenir las cosas que están pasando. En Uruguay antes no pasaban muchas cosas entonces brindar seguridad era mucho más fácil que ahora. El reto más grande es poder cambiar de una seguridad reactiva a una seguridad predictiva”.
“Antes había una especie de competencia entre lo que hacía el policía y lo que hacía el guardia privado, pero se maduró bastante en esa relación, tanto desde el ámbito público como desde el privado. Se está trabajando en conjunto, antes por ejemplo estaba el servicio 222 donde los policías ofrecían servicios que eran propios de guardias privados, eso se reguló y ahora tienen determinadas cantidades de horas que pueden hacer. Ahí quedó un espacio que asumió la seguridad privada”.
“En materia de seguridad, en una escala del 1 al 10 -y si nos comparamos con el Uruguay de hace unos años-, nuestro país está en un 5. Securitas está en 53 países y cuando recibimos gente de otros lados no pueden entender cómo nos quejamos de la inseguridad, pero tenemos que compararnos con nosotros mismos”.
“La tecnología ha jugado un rol importante con la colocación de las cámaras, si bien no previene la inseguridad, nos da un registro y muchos delitos se han logrado aclarar gracias a las cámaras”.
“El negocio de la seguridad se mueve bastante, nosotros tenemos una participación del 17% del mercado pero hay más de 300 empresas de seguridad de todo tipo registradas. Actualmente, entre Montevideo y Canelones debe de haber entre 70.000 y 80.000 alarmas domiciliarias, un promedio de $1.500 por mes cada una. Por otro lado, el negocio de vigilancia mueve cerca de 25.000 personas, y si se toma en cuenta que el sueldo nominal promedio es de entre $15.000 y $20.000, te das cuenta de que es un sector que mueve mucha plata”.
“La carga impositiva en Uruguay es importante, si la comparamos con nosotros mismos estamos igual, pero si lo comparás con otros países de la región estamos peor, la nuestra es mayor. Eso termina siendo complicado porque, si bien la rentabilidad sigue siendo buena, tenemos que ser creativos en un mismo mercado. Ahí está el otro gran desafío”.
“A nivel global, la postura que tenemos en Securitas sobre la tenencia de armas es que solo la policía tiene que estar armada”.
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