Betina Edelberg, Contraposiciones
Me llamo esta cara que me precede
y un nombre
y una voz más allá que no es la mía.
Me llamo
mañana tengo que levantarme temprano
y no me alcanza el tiempo.
Ir y venir,
otra vez irme
-esa tritísima impresión de renuncia,
de estar yéndose de todas las cosas-,
y de pronto un amigo.
Pero también soy
algún sueño que me dibuja,
la noche
que me pesa hasta tropezar con mi piel,
el blanco sol de invierno
despertándome a la dulzura.
Soy
cada última esperanza,
el minuto ansiosamente perdido
-de pronto demorarse a pesar de-,
el ocio aunque breve,
recordar flores, hojas, algún momento,
lo que acaso pueda salvarme
de una ciega costumbre,
de los inevitablemente muebles
que se organizan y dibujan esta casa
con la apariencia de para siempre.(...).
El blog de Emma Gunst.