El operador logístico en productos refrigerados y mercadería en general, que comenzó en 1946 con el nombre de Corfrisa (Corporación Frigorífica del Uruguay S.A.), debió atravesar diferentes etapas de cambios que la llevaron a crearse tal y como se la conoce en el presente.
En 1980, una conjunción de generaciones familiares comenzó una importante etapa de cambios dentro de la empresa. Se empezaron a hacer reformas en su infraestructura, a construir nuevas cámaras, logrando alcanzar los 70.000 m3 en cámaras frigoríficas, y más de 50 espacios independientes.
Por ello, y en la actualidad, la propiedad de Corfrisa está a cargo de tres grupos familiares. Roberto González Gil, director de Corfrisa, pertenece a la segunda generación familiar y es parte de uno de estos grupos.
Según recuerda González, algo característico de Corfrisa eran las barras de hielo. “En navidad se llegaban a vender alrededor de 12.000 barras”, cuenta. Sin embargo, en la actualidad, esto es algo que ya no ocurre. Hoy, Corfrisa conserva la mercadería de los principales exportadores de carne y fruta uruguaya, logrando un importante crecimiento y posicionamiento dentro del rubro de servicios logísticos integrales. Además, González contó que el negocio se ha ido derivando hacia la fabricación de las comidas preparadas y los congelados. “Sobre todo porque ha cambiado la costumbre de la gente”, explica.
Hoy, Corfrisa nuclea el trabajo de 200 familias, entre las que se incluyen empresas tercerizadas y clientes, directos e indirectos, que trabajan con su propio personal. Por ello, la utilización de las nuevas tecnologías facilita, en gran medida, este tipo de trabajo. “El software es fundamental porque el cliente necesita información y eso lo tiene al 100% con los programas que tenemos en funcionamiento”, argumenta. Si bien Corfrisa tiene diferentes competidores, hoy, en términos de tamaño, son considerados como la segunda empresa más importante dentro del rubro.
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