Alberto Was, director de Fideman
“Nuestra empresa ha tenido una reconversión muy dramática, desde el cierre de la fábrica de vestimenta masculina, a fines de 2009, que supo sobrellevar varias crisis en sus más de 60 años de vida.
Aprovechando el know how, y de los vínculos comerciales, decidimos comenzar la fabricación de prendas en terceros países, principalmente Asia, y vender productos similares a los que veníamos ofreciendo de fabricación nacional, pero ahora sí, con una capacidad competitiva mucho mayor.
La ‘inteligencia’ del negocio se hace desde las oficinas en Uruguay, donde un grupo de profesionales jóvenes se encarga de todo lo vinculado a desarrollo de producto, gestión comercial, seguimiento de producción en los diferentes países, controles de calidad y, por supuesto, la logística de entregas y administración financiera. Y para que los controles sean efectivos, mantenemos un pequeño staff de tres personas en China, siguiendo todos los pasos de entregas de materiales y producción.
Pienso que lo más importante que hemos logrado con nuestros clientes, la mayoría de ellos son grandes tiendas por departamento en Chile, Perú y Colombia, es haber generado un vínculo estrecho, donde ellos descansan en nuestro departamento de desarrollo de producto. Esta sinergia nos permitió un crecimiento muy importante, desde el inicio de nuestro trabajo.
Al Uruguay para seguir creciendo le falta atreverse. Atreverse a arriesgar, a crear, a generar, a mostrar, a proponer, a aceptar, etc. etc. ¿Y porque no? Atreverse a decir lo que consideramos que está mal; si hacemos cola y el funcionario está tomando tecito; si vemos que se ensucia la vereda en forma adrede; y tantas otras situaciones que vemos y callamos”.
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